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viernes, 22 de abril de 2011

Capitulo 2


La infancia de Martina fue como la de cualquier otra niña, al menos ella se sintió como uno mas .En la España de los sesenta la gente en los pueblos no tenia porvenir.
Muchos jóvenes emigraban a las grandes ciudades en busca de una vida mejor.
Ese fue el caso de los padres de Martina.
Su padre dejo atrás las hermosas montañas lindantes con Asturias ,un sitio idílico para pasar hoy en día unas vacaciones pero por aquel entonces tan aislado del mundo que el trayecto que hoy se recorre en dos horas antes tenias que disponer casi de medio día por carreteras serpenteantes que desbocaban en caminos bordeando fuertes pendientes.
Un buen día con dieciocho años , una maleta  madera en la que llevaba su mejor traje y poco mas por equipaje , el dinero para el viaje y un mes de estancia ,salio hacia lo desconocido en busca de la ventura que sonaba en sus oídos al recordar los relatos de sus vecinos antes que el emigrados.

Cuando Elogio llego a su destino en Bilbao todo era nuevo para el.
En Bilbao poco antes de  1960 vivían 297.000 personas mientras que en la Ribeira de Pequin municipio del que el venia tan solo había alrededor de 2700 habitantes diseminados por diferentes aldeas.
La vida en la aldea no dejaba tiempo para que los niños fueran a la escuela así que los que lograban aprender a leer y escribir mas las cuatro reglas pues ya tenían mucha suerte.
Así ligero de todo, sin dinero sin estudios llego a la gran cuidad, pero con gran ilusión por labrarse un futuro.
Eulogio enseguida encontró trabajo, claro esta que de peón de albañil, porqué aunque era un joven trabajador no tenía más experiencia que la del campo y era  a todo lo que podía aspirar en ese entonces.Tambien trabo amistad con otros gallegos que allí estaban labrando el futuro que en su tierra no conseguían.
Así fue como conoció a Eusebio.
Eusebio y el trabajaban juntos y en sus   tardes de domingo conocieron  los pocos lugares del Bilbao que su maltrecha economía les dejaba.
Fueron pasando los meses y llego la carta de la incorporación a filas, Eulogio tenia que hacer el servicio militar. Lo destinaron a Lugo .Le quedaban tres meses y como su amigo se tenia que hacer un viaje a Vigo para arreglar unos asuntos familiares decidieron hacer el viaje juntos y ver si tenia alguna oportunidad de trabajo en esa ciudad también desconocida para el.
Y encontró, si, pero lo que encontró fue a Matilde una hermosa muchacha que en menos de seis meses se convertiría en su mujer.


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